Título: Casandra
Autor: Christa Wolf
Año de publicación: 1983
Editorial: El País
Desde niña me ha fascinado la mitología clásica. Era como un enorme entramado de cuentos que narraban historias inverosímiles protagonizados por un gigantesco elenco de dioses, criaturas fantásticas y un buen número de mortales. Al hacerme mayor, persistió mi interés por la mitología. Llegué incluso a identificar mis mitos predilectos: Eros y Psique, Selene y Endimión, las aventuras de Ulises... y Casandra. Éste es, además, mi nombre de chica preferido.
Esta novela narra el mito de Casandra en primera persona, en forma de un extenso monólogo en el que la heroína recuerda toda su vida. El mito original nos habla de una princesa troyana de la que se enamoró Apolo, por lo que le otorgó el don de la profecía. No obstante, al negarse ella a mantener relaciones sexuales con él, el dios la maldijo a que jamás fuese creída. Así, la impotente Casandra contempló la larga guerra de Troya anunciando todas las desgracias que acaecieron, sin que persona alguna diese crédito a sus predicciones.
La versión de esta novela es algo diferente. Aunque el mito se mantiene incólume, la autora suprime el papel de los dioses en la historia, dándole un enfoque mucho más realista. Casandra no es la portavoz de los dioses, sino una mujer con una cabeza muy bien amueblada sobre los hombros, sensata y con poca tendencia a comportarse como se espera en las mujeres de la sociedad patriarcal imperante. El argumento de la obra establece un interesante paralelismo con el desarrollo de la Guerra Fría observado desde la RDA, en la que vivía la autora. De hecho, muchos personajes han sido considerados personificaciones de las diversas instituciones que regían la vida en el lado oriental del Muro de Berlín. En sus páginas encontramos ideas de tendencia feminista y la formación de la conciencia de guerra entre la población.
En lo que respecta al estilo, en mi opinión es impecable pero es de los que no gustan a todo el mundo. Al estar escrito en forma de monólogo, las expresiones son concisas, contundentes, como una confesión realizada a uno mismo. La narración es entrecortada, muy viva, con matices muy claros de la percepción de Casandra de hechos y sentimientos. Wolf consigue que los lejanos mitos grecolatinos, por lo general rodeados de un halo de grandeza y lejanía, resulten mucho más cercanos, como si realmente hubiesen tenido lugar.
Se trata de una novela muy interesante, intensa en su narración, y muy interesante.
Puntuación: 8
Autor: Christa Wolf
Año de publicación: 1983
Editorial: El País
Desde niña me ha fascinado la mitología clásica. Era como un enorme entramado de cuentos que narraban historias inverosímiles protagonizados por un gigantesco elenco de dioses, criaturas fantásticas y un buen número de mortales. Al hacerme mayor, persistió mi interés por la mitología. Llegué incluso a identificar mis mitos predilectos: Eros y Psique, Selene y Endimión, las aventuras de Ulises... y Casandra. Éste es, además, mi nombre de chica preferido.
Esta novela narra el mito de Casandra en primera persona, en forma de un extenso monólogo en el que la heroína recuerda toda su vida. El mito original nos habla de una princesa troyana de la que se enamoró Apolo, por lo que le otorgó el don de la profecía. No obstante, al negarse ella a mantener relaciones sexuales con él, el dios la maldijo a que jamás fuese creída. Así, la impotente Casandra contempló la larga guerra de Troya anunciando todas las desgracias que acaecieron, sin que persona alguna diese crédito a sus predicciones.
La versión de esta novela es algo diferente. Aunque el mito se mantiene incólume, la autora suprime el papel de los dioses en la historia, dándole un enfoque mucho más realista. Casandra no es la portavoz de los dioses, sino una mujer con una cabeza muy bien amueblada sobre los hombros, sensata y con poca tendencia a comportarse como se espera en las mujeres de la sociedad patriarcal imperante. El argumento de la obra establece un interesante paralelismo con el desarrollo de la Guerra Fría observado desde la RDA, en la que vivía la autora. De hecho, muchos personajes han sido considerados personificaciones de las diversas instituciones que regían la vida en el lado oriental del Muro de Berlín. En sus páginas encontramos ideas de tendencia feminista y la formación de la conciencia de guerra entre la población.
En lo que respecta al estilo, en mi opinión es impecable pero es de los que no gustan a todo el mundo. Al estar escrito en forma de monólogo, las expresiones son concisas, contundentes, como una confesión realizada a uno mismo. La narración es entrecortada, muy viva, con matices muy claros de la percepción de Casandra de hechos y sentimientos. Wolf consigue que los lejanos mitos grecolatinos, por lo general rodeados de un halo de grandeza y lejanía, resulten mucho más cercanos, como si realmente hubiesen tenido lugar.
Se trata de una novela muy interesante, intensa en su narración, y muy interesante.
Puntuación: 8
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