Título: District 9
Director: Neill Blomkamp
Intérpretes: Shartlo Copley, Jason Cope, Eugene Khumbanyiwa, William Allen Young
Año de estreno: 2009
Una de las muchas cosas que Hollywood nos ha enseñado es a mirar al cielo con temor, ya que si un buen día se produce una invasión extraterrestre, a buen seguro vendrán con el objetivo de colonizar nuestro planeta y a exterminar a la raza humana. ¿Cuántas películas hemos visto con esa premisa? Sin embargo, a nadie se le había ocurrido preguntarse cómo reaccionaría la Humanidad, caracterizada desde tiempos remotos por su xenofobia, a la llegada de criaturas de otro planeta. District 9 aborda este problema.
En 1982, una enorme nave de origen extraterrestre aparece suspendida en el cielo sobre Johannesburgo, Sudáfrica. Las fuerzas del orden toma la iniciativa de abrirse paso al interior de la misma, donde hallan cerca de un millón de extraterrestres hacinados en pésimas condiciones. Conducidas al exterior, con la nave aparentemente inutilizada, las criaturas son recluidas en una zona vedada por una valla que acaba convirtiéndose en una suerte de gueto, llamado distrito 9. Sin embargo, tras veinte años de convulsa convivencia entre los seres humanos y los repulsivos extraterrestres, llamados despectivamente bichos, las protestas de los sudafricanos llevan a la creación de un nuevo gueto a doscientos kilómetros del original. La tarea de desahucio y traslado recaen en un humilde empleado de la MNU (Multinational United), que ve cómo toda su vida da un vuelco cuando descubre el trasfondo más oscuro de la organización para la que trabaja.
Un tráiler en televisión de apenas unos segundos de duración bastó para despertar mi interés por esta película, que fui a ver si saber siquiera cuál era su argumento exacto. La historia resulta terriblemente original, con un tratamiento descarnado y realista aunque sea de ciencia-ficción. Si el hombre es un lobo para el hombre, como decía Hobbes, ¿cómo no va a serlo para otras criaturas inteligentes y además extranjeras? Los alienígenas de District 9 no son crueles ni desean un exterminio, tan sólo quieren volver a casa. Con Sudáfrica como escenario, ese país conocido por su durísimo apartheid contra la población negra nativa por parte de los colonizadores blancos, la xenofobia y los traslados forzados a causa de la raza se perfilan como irónicos temas que hasta hace muy poco afectaban a los seres humanos y, aquí, a los extraterrestres. A través de los ojos del protagonista veremos las facetas más ruines de los seres humanos, que extorsionan, difaman, traicionan, mutilan y matan en nombre de toda clase de intereses.
Gran parte del metraje se articula como un falso documental en el que se narra a posteriori la experiencia de Wikus van de Merwe, el empleado de la MNU encargado de desahuciar a los alienígenas. A través de los testimonios de las personas cercanas a él y vídeos con supuesto final documental, además de grabaciones con cámaras de seguridad y similares, la historia avanza haciéndose muy cercana al espectador. Incluso las escenas que por lógica no podrían ser documentales, en las que no debería haber cámara alguna, resultan estremecedoras. El resultado es impactante y va más allá de una simple película de ciencia-ficción, pues invita a la reflexión acerca de la naturaleza humana.
Puntuación: 10
En 1982, una enorme nave de origen extraterrestre aparece suspendida en el cielo sobre Johannesburgo, Sudáfrica. Las fuerzas del orden toma la iniciativa de abrirse paso al interior de la misma, donde hallan cerca de un millón de extraterrestres hacinados en pésimas condiciones. Conducidas al exterior, con la nave aparentemente inutilizada, las criaturas son recluidas en una zona vedada por una valla que acaba convirtiéndose en una suerte de gueto, llamado distrito 9. Sin embargo, tras veinte años de convulsa convivencia entre los seres humanos y los repulsivos extraterrestres, llamados despectivamente bichos, las protestas de los sudafricanos llevan a la creación de un nuevo gueto a doscientos kilómetros del original. La tarea de desahucio y traslado recaen en un humilde empleado de la MNU (Multinational United), que ve cómo toda su vida da un vuelco cuando descubre el trasfondo más oscuro de la organización para la que trabaja.
Un tráiler en televisión de apenas unos segundos de duración bastó para despertar mi interés por esta película, que fui a ver si saber siquiera cuál era su argumento exacto. La historia resulta terriblemente original, con un tratamiento descarnado y realista aunque sea de ciencia-ficción. Si el hombre es un lobo para el hombre, como decía Hobbes, ¿cómo no va a serlo para otras criaturas inteligentes y además extranjeras? Los alienígenas de District 9 no son crueles ni desean un exterminio, tan sólo quieren volver a casa. Con Sudáfrica como escenario, ese país conocido por su durísimo apartheid contra la población negra nativa por parte de los colonizadores blancos, la xenofobia y los traslados forzados a causa de la raza se perfilan como irónicos temas que hasta hace muy poco afectaban a los seres humanos y, aquí, a los extraterrestres. A través de los ojos del protagonista veremos las facetas más ruines de los seres humanos, que extorsionan, difaman, traicionan, mutilan y matan en nombre de toda clase de intereses.
Gran parte del metraje se articula como un falso documental en el que se narra a posteriori la experiencia de Wikus van de Merwe, el empleado de la MNU encargado de desahuciar a los alienígenas. A través de los testimonios de las personas cercanas a él y vídeos con supuesto final documental, además de grabaciones con cámaras de seguridad y similares, la historia avanza haciéndose muy cercana al espectador. Incluso las escenas que por lógica no podrían ser documentales, en las que no debería haber cámara alguna, resultan estremecedoras. El resultado es impactante y va más allá de una simple película de ciencia-ficción, pues invita a la reflexión acerca de la naturaleza humana.
Puntuación: 10
No hay comentarios:
Publicar un comentario