viernes, 11 de septiembre de 2009

Sinuhé el egipcio


Título: Sinuhé el egipcio (The Egyptian)
Director: Michael Curtiz
Intérpretes: Edmund Purdom, Jean Simmons, Victor Mature, Bella Darvi
Año de estreno: 1954

Corrían los años cincuenta cuando la todopoderosa industria de Hollywood se vio amenazada por el creciente auge de un electrodoméstico llamado televisión. La presencia de la pequeña pantalla en los hogares estadounidenses redujo de tal manera la asistencia a los cines que los estudio recurrieron a las llamadas superproducciones: películas rodadas en Cinemascope, empleando la técnica del Technicolor, protagonizadas por grandes estrellas, con enormes y fastuosos decorados e historias épicas. Entre los títulos más recordados se hallan, por ejemplo, Ben-Hur, Los Diez Mandamientos o Quo vadis?, entre otros. Por supuesto, Sinuhé el egipcio también responde a estos tópicos.

El protagonista titular es el hijo adoptivo de un médico que desde joven se prepara para perpetuar el oficio en la familia armado con su buena voluntad y su escepticismo. Siempre junto a su amigo Horemheb, de humilde origen pero que aspira a ser oficial de la Guardia Imperial, y a su astuto criado Kaptah, Sinuhé presencia la profunda reforma que supone para Egipto la imposición del culto solar por el faraón Amenofis IV, también conocido como Akhenatón, además de sucumbir a los encantos de una desalmada cortesana llamada Nefernefernefer antes de descubrir el verdadero amor.

Sinuhé el egipcio es la adaptación de la novela homónima de Mika Waltari, novelista finlandés que redactó su obra basándose en escritos originales egipcios. La novela consta de unas 550 páginas que se ven pálidamente reflejadas en el celuloide. Tuve ocasión de leerla hace años, y me encantó. La película repasa de manera vaga los acontecimientos que tienen lugar en el libro; aun durando más de dos horas resulta insuficiente. Ejemplo de ello resulta el romance entre Sinuhé y Nefernefernefer, aunque en la película ella sólo le seduce una vez, en la novela son tres las veces en las que el ingenuo Sinuhé sucumbre a sus encantos. Además, se relaciona el culto monoteísta al sol con el cristianismo, algo que no recuerdo que sucediese en el libro.

Al igual que otras superproducciones de la época, Sinuhé el egipcio se caracteriza por los monumentales decorados, que al igual que la caracterización de los personajes, se inspira en los vestigios que conservamos de la cultura egipcia, con toques de colorido bastante antinaturales que añaden fantasía al antiguo Egipto reflejado en esta película.

La interpretación de los actores no es ninguna maravilla, llega a ser pasable. Como dato curioso señalaré que los dos nombres más conocidos del elenco son Jean Simmons y Victor Mature, que no interpretan precisamente al héroe titular.

En resumen, no se puede hablar de una gran obra maestra, tan sólo de un producto más en una tendencia dentro de Hollywood.

Puntuación: 5

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