miércoles, 26 de octubre de 2011

El abanico de Lady Windermere

Imagen de valdemar.com
Título: El abanico de Lady Windermere
Autor: Oscar Wilde
Año de publicación: 1892
Editorial: Valdemar

Tras un período de abstinencia "wildeana", finalmente he llegado a la primera de las obras de teatro que le granjearon fama. Las cuatro "comedias sociales" del autor irlandés (El abanico de Lady Windermere, Una mujer sin importancia, Un marido ideal y La importancia de llamarse Ernesto) se convirtieron en el mascarón de proa que hizo de él uno de los dramaturgos de más éxito de su tiempo, gracias a su manejo de las agudas réplicas que intercambian los personajes, epítome del humor inglés decimonónico.

La joven Lady Windermere tiene todo lo que podría desear: su marido la adora, su casa es preciosa, viven holgadamente y está preparando una fiesta para celebrar su vigésimo primer cumpleaños. No obstante, poco antes recibe de su amiga la Duquesa de Berwick una desagradable noticia: su marido, Lord Windermere, visita a una mujer conocida como Mrs. Erlynne, a la que entrega grandes sumas de dinero. Lady Windermere, que no sabe cómo reaccionar pese a las audaces atenciones de Lord Darlington, que la ama en secreto, se escandaliza aún más cuando su marido le pide que invite a Mrs. Erlynne a su fiesta de cumpleaños.

En El abanico de Lady Windermere afila Wilde su pluma para clavarla con suaves palabras y brillantes citas en algunos de los muchos defectos de la sociedad victoriana en la que él mismo vivió, particularmente en los dobles sentidos que implica la expresión a good woman ("una mujer buena", como es llamada Lady Windermere) en la obra, jugando con los conceptos de mujer virtuosa según el puritanismo inglés y mujer verdaderamente bondadosa. Asimismo, el autor emplea al personaje de Mrs. Erlynne para hacer de ella una especie de dandy femenino, resaltando en ella interesantes valores inaceptables en las mujeres de aquel tiempo, como su marcado cinismo, que logra contrastar con el sentimiento homólogo en las demás mujeres de su entorno: la hipocresía.

Puntuación: 9

2 comentarios:

  1. Estudié filología inglesa, y una de mis obras de teatro favoritas de las que leí en aquellos años (aparte de Volpone de Marlowe, el Sueño de una Noche de Verano de Shakespeare y Peter Pan de J.M.Barrie) fue La Importancia de llamarse Ernesto. Sí ésta que comentas es la mitad de divertida que aquella, desde luego merece la pena leerla. Me la apunto a la de ya! Bss!

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  2. Seguro que la disfrutas, a mí me ha encantado ;)

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