Título: Orgullo y prejuicio (Pride & Prejudice)
Director: Joe Wright
Intérpretes: Keira Knightley, Matthew Macfadyen, Rosamund Pike, Donald Sutherland
Año de estreno: 2005
A mí las aficiones a temas concretos me dan por rachas, sobre todo en verano. La última fue Alicia en el País de las Maravillas y sus novelas asociadas, y ahora ha tocado Orgullo y prejuicio: después de leer el libro, decidí ver la película que tanto éxito tuvo en su momento. La verdad, después de haberla visto, comprendo perfectamente por qué.
Resultaría ocioso repetir el argumento de la famosa novela de Jane Austen, pues se encuentra resumido en la entrada anterior. En pocas palabras, diré que narra el desarrollo de la relación entre Elizabeth Bennett, una impetuosa joven perteneciente a la baja nobleza, y Fitzwilliam Darcy, un huraño aristócrata. Su historia de amor se ha convertido en una de las obras más representativas de la narrativa británica, y esta película se esfuerza en permanecer fiel a la novela que adapta.
La versión en papel abarca más de cuatrocientas páginas que se ven sabiamente plasmadas en dos horas exactas de película. Si bien se eliminan algunas escenas y se comprime el tiempo que transcurre entre unos acontecimientos y otros en la fuente original, este recurso es obligado si se quiere plasmar la totalidad de la novela. Es muy probable que las adaptaciones de la BBC en forma de miniseries sean más fieles al desarrollo temporal de la novela, pero las producciones para cine tienen estos hándicaps. Sin embargo, se consigue una película con un ritmo constante que no aburre en ningún momento. Para dotar de agilidad a la trama se prescinde de algunos personajes que argumentalmente no aportan demasiado pero que requerirían una explicación de su parentesco con los protagonistas, de manera que no se les echa demasiado en falta. Tan sólo hay una escena que no aparece en el libro: la incluida en el final alternativo para Estados Unidos. ¿Los británicos son demasiado celosos de la fidelidad hacia la obra maestra de su literatura? Probablemente.
El punto fuerte de Orgullo y prejuicio radica en la caracterización de los personajes, muy fieles a su descrición en el libro. Destaca, por supuesto, la pareja protagonista: Keira "Morritos" Knightley es una convencida Elizabeth (a esta chica le encantan las películas de época, no deja pasar ni una) y el menos conocido Matthew Macfadyen borda un espléndido Darcy. Entre el resto de personajes, me quedo con Mr. Bennett, idéntico a la imagen que se ofrece de él en el libro, y resalto el pequeño papel de Judi Dench, una de mis actrices favoritas, como Lady Catherine de Bourgh. La caracterización de los personajes y los decorados donde tienen lugar los acontecimientos me ayudaron mucho a hacerme una imagen mental completa de las aventuras y desventuras que tienen lugar entre Hertfordshire y Derbyhire.
La fotografía y la música reciben un diez por mi parte. Orgullo y prejuicio cuenta con preciosos planos del entorno natural, con una iluminación preciosa, que aportan una gran sensibilidad al conjunto. La música, clásica, claro, se ciñe a la perfección a las distintas escenas, realzando los momentos más importantes.
Puntuación: 9
Director: Joe Wright
Intérpretes: Keira Knightley, Matthew Macfadyen, Rosamund Pike, Donald Sutherland
Año de estreno: 2005
A mí las aficiones a temas concretos me dan por rachas, sobre todo en verano. La última fue Alicia en el País de las Maravillas y sus novelas asociadas, y ahora ha tocado Orgullo y prejuicio: después de leer el libro, decidí ver la película que tanto éxito tuvo en su momento. La verdad, después de haberla visto, comprendo perfectamente por qué.
Resultaría ocioso repetir el argumento de la famosa novela de Jane Austen, pues se encuentra resumido en la entrada anterior. En pocas palabras, diré que narra el desarrollo de la relación entre Elizabeth Bennett, una impetuosa joven perteneciente a la baja nobleza, y Fitzwilliam Darcy, un huraño aristócrata. Su historia de amor se ha convertido en una de las obras más representativas de la narrativa británica, y esta película se esfuerza en permanecer fiel a la novela que adapta.
La versión en papel abarca más de cuatrocientas páginas que se ven sabiamente plasmadas en dos horas exactas de película. Si bien se eliminan algunas escenas y se comprime el tiempo que transcurre entre unos acontecimientos y otros en la fuente original, este recurso es obligado si se quiere plasmar la totalidad de la novela. Es muy probable que las adaptaciones de la BBC en forma de miniseries sean más fieles al desarrollo temporal de la novela, pero las producciones para cine tienen estos hándicaps. Sin embargo, se consigue una película con un ritmo constante que no aburre en ningún momento. Para dotar de agilidad a la trama se prescinde de algunos personajes que argumentalmente no aportan demasiado pero que requerirían una explicación de su parentesco con los protagonistas, de manera que no se les echa demasiado en falta. Tan sólo hay una escena que no aparece en el libro: la incluida en el final alternativo para Estados Unidos. ¿Los británicos son demasiado celosos de la fidelidad hacia la obra maestra de su literatura? Probablemente.
El punto fuerte de Orgullo y prejuicio radica en la caracterización de los personajes, muy fieles a su descrición en el libro. Destaca, por supuesto, la pareja protagonista: Keira "Morritos" Knightley es una convencida Elizabeth (a esta chica le encantan las películas de época, no deja pasar ni una) y el menos conocido Matthew Macfadyen borda un espléndido Darcy. Entre el resto de personajes, me quedo con Mr. Bennett, idéntico a la imagen que se ofrece de él en el libro, y resalto el pequeño papel de Judi Dench, una de mis actrices favoritas, como Lady Catherine de Bourgh. La caracterización de los personajes y los decorados donde tienen lugar los acontecimientos me ayudaron mucho a hacerme una imagen mental completa de las aventuras y desventuras que tienen lugar entre Hertfordshire y Derbyhire.
La fotografía y la música reciben un diez por mi parte. Orgullo y prejuicio cuenta con preciosos planos del entorno natural, con una iluminación preciosa, que aportan una gran sensibilidad al conjunto. La música, clásica, claro, se ciñe a la perfección a las distintas escenas, realzando los momentos más importantes.
Puntuación: 9
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