sábado, 19 de junio de 2010

Plegarias atendidas


Título: Plegarias atendidas
Autor: Truman Capote
Año de publicación: 1987
Editorial: Anagrama

Mi fetichismo por las palabras no tiene fin. A veces, no sólo me apasionan las palabras por sí solas, sino la manera en que se agrupan para formar títulos. ¿Cómo pueden don palabras sosas crear, ellas solas, una frase lo bastante magnética como para atraerme irrevocablemente? Vale, Capote tuvo algo que ver, ya que es uno de mis escritores de cuentos preferido, pero, ¿por qué? ¿Por qué Plegarias atendidas? No había terminado de cuestionármelo cuando me hallé en casa con el libro en las manos.

"Se derraman más lágrimas por las plegarias atendidas que por las que no lo son". Con esta reflexión de Santa Teresa de Ávila se abre el primer capítulo de la novela inacabada de Capote, en la que tenía intención de plasmar un demoledor retrato de la sociedad norteamericana. Jamás llegó a completar su propósito, según su editor, porque era consciente de que no llegaría al nivel proustiano que anhelaba para la obra. Tan sólo tres capítulos salteados llegaron a ver la luz, que son los que recoge el volumen de Plegarias atendidas: Monstruos perfectos, Kate McCloud y La Côte Basque. Su protagonista es un embaucador masajista aspirante a escritor, bisexual y sarcástico, llamado P. B. Jones, que se deja llevar por la vida entre numerosos personajes reales y ficticios de la alta sociedad estadounidense mientras relata sin recato toda clase de cotilleos, a cuál más sonrojante, y su papel junto a las fascinantes personas que le rodean.

Estos tres capítulos (unas ciento setenta páginas) bastan para crear un fresco acerca de los vicios humanos tomado con la típica actitud cínica e irónica de Capote, un poco pasado de rosca quizá, pero igualmente genial. Los personajes inventados se desenvuelven con agilidad entre nombres reales desvelando toda clase de secretos, especialmente referidos a las costumbres sexuales de todos ellos. La lectura de Plegarias atendidas (a la sazón el primer libro escrito por el protagonista de la novela) resulta amena e interesante, como sucede con otras obras del autor, y aunque se echan de menos ciertas aclaraciones acerca del propio P. B. Jones, que al relatar la historia en primera persona omite muchos datos sobre sí mismo, Plegarias atendidas no da la sensación de ser una obra inacabada e inconexa, sino un pedazo de tiempo, un trozo de América, atrapado en el delicioso escaparate que constituye el ácido retrato de las personas más envidiadas.

Puntuación: 7

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