sábado, 5 de junio de 2010

Reservoir Dogs


Título: Reservoir Dogs
Director: Quentin Tarantino
Intérpretes: Harvey Keitel, Tim Roth, Michael Madsen, Steve Buscemi
Año de estreno: 1992

Mi periplo por la filmografía de Tarantino termina, ¡qué curioso!, precisamente donde empezó. Todo el mundo conoce Reservoir Dogs, tal vez porque el masivo éxito de Pulp Fiction empujó a mucha gente, como siempre pasa, a interesarse por el director. Como todas sus películas, es objeto del culto de sus fans. Pero en mi opinión... bueno, todo a su debido tiempo.

Reservoir Dogs se centra en cinco ladrones que tienen como encargo robar una imporante cantidad de diamantes tallados. El golpe está calculado al milímetro por Joe, la persona que les ha contratado, pero algo falla, aparece la policía y el grupo se dispersa en medio de un tiroteo. Reunidos en el almacén que sirve de base de operaciones, las incendiarias personalidades de los supervivientes, perfectos desconocidos entre sí que se llaman entre ellos por colores, salen violentamente a la luz.

Tarantino ya apuntaba maneras cuando estrenó este primer largometraje, en el que pueden apreciarse todas esas señas de identidad que le han granjeado tantos fans: mucha violencia, ocultando al espectador la justa; los personajes de gran carisma; el humor negro, negrísimo; las conversaciones tan insustanciales que pueden parecer estúpidas (algo que quedaría elevado a su máxima esencia en la famosa conversación sobre los nombres de las hamburguesas entre Vincent y Julius en Pulp Fiction), los intertítulos que introducen ciertas secuencias y la inevitable narración no lineal, recurso aún en pañales que el director no desarrollaría hasta su nivel de perfección más notable hasta su siguiente película.

Para mí, Reservoir Dogs es, por así decirlo, un ensayo de Pulp Fiction. Evidentemente, no son del todo iguales, pero tienen demasiados elementos en común, no sólo las famosas señas de identidad de Tarantino, que coincido con los fans en que están presentes por igual en todas sus películas, en mayor o menor medida. Tal vez se trate de la cercanía en el tiempo que relaciona a ambos largometrajes, pero lo cierto es que me da la impresión de que Tarantino pone a prueba en esta película esas señas de identidad para comprobar si funcionan; dado que fue así, desde entonces aparecen en las siguientes. Es una suposición descabellada, por supuesto, pero no deja de darme la impresión de que esos recursos poseen una forma más tosca que el resto de la película, por lo demás excelentemente bien rodada. No obstante, al verla he tenido una sensación parecida a la que tuve con Malditos bastardos: su violencia, a diferencia de la de otras películas del director, me ha parecido desagradable. ¿Por qué sólo me sucede con algunas?

Puntuación: 5

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